top of page

La primera operación

  • Mamá
  • 30 ago 2017
  • 3 Min. de lectura

Esta entrada la escribe mamá, porque Blanquita estuvo mucho tiempo dormidita y poco puede contar.

El miércoles 30 de agosto, dos días después de haber nacido, Blanca fue operada por primera vez.


El día anterior se puso bastante malita, después de haber nacido tan sanota y bonita. Y fue bastante duro verla así, empeorar... Creía que estaba preparada, que me había hecho a la idea de todo esto. Pero ver a nuestra hija así... Simplemente el hecho de verla con los tubitos en la nariz me hacía llorar. Y que nos dijesen que estaba muy cansada, que la medicación la estaba dejando agotada. Yo sólo pensaba en cuánto sentía que estuviese así. Que Blanca estuviese pasando por esto. Me daba tanta pena...


Todo el mundo me dice que ella no sufre. Joaquín me lo dice, que Blanca no se entera de nada. Pero yo no puedo evitar sufrir cuando la veo así.


El día de la operación nos dejaron ir a despedirla. Fuimos a la UCI a las 7.30 de la mañana y acompañamos a Blanca hasta la sala de operaciones. Antes de salir de la UCI rezamos un poquito con ella, y le dijimos que había muchísima gente pensando en ella y rezando en ese momento. ¡Blanquita te quiere tanta gente! La acompañamos por el pasillo, el ascensor... Y cuando llegamos, nos dejaron darle un besito de despedida.



La verdad es que en ese momento yo estaba bastante tranquila. Confiaba 100% en los médicos. Nos habían hablado tan bien de este hospital... Además nos habían dicho que esta operación no era muy complicada. Que es la más sencillita de las tres que le tienen que hacer. Así que estábamos tranquilos en ese sentido.


A pesar de ello, es imposible no estar algo preocupado. Más cuando te dicen que sobre las 11 habrían terminado, pero a las 14h aún no sabíamos nada... y uno empieza a ponerse nervioso. Y bajas continuamente a la UCI a preguntar por tu hija, y no hay mucha información, simplemente que sigue en quirófano, que aún no ha vuelto. Y sabes que no significa nada malo, porque te lo habrían dicho, pero van pasando las horas y la incertidumbre y el miedo pueden contigo... Y estás deseando saber algo. Estás deseando ver a tu niña. Y aunque intentas distraerte, no puedes. Incluso te parece mal intentar pensar en otras cosas para no volverte loca, porque sientes que estás "abandonando" a tu hija. ¡Cómo voy a ir a comer tan tranquila mientras mi hija está siendo operada!


Por suerte ahí estaban mis padres y mi marido, mucho más fuerte que yo, ¡y siempre tan positivo! Amigas... y familia desde la distancia, que me ayudaron un montón a llevar mejor aquellas horas interminables.

#vamosblanquita #aportodasblanquita Ahí estábais todos :)


¡Y tanta oración junta no puede no ser escuchada!


A las 16h bajamos a la UCI a preguntar por Blanca y ¡por fin! ¡Blanquita ya había vuelto! Y me puse a llorar. De tanta incertidumbre contenida y tanta felicidad de verla.


Esta es una foto con su padre, nada más verla después de la operación.

Nos la encontramos dormida, por la anestesia. Y nos dijeron que estaría así al menos un día o dos. Que los bebés tardan mucho en despertar, se les despierta poco a poco.


Verla dormida por la anestesia tampoco era plato de buen gusto. Y aunque yo estaba feliz porque la operación había ido bien, me seguía dando muchísima pena verla así, en ese estado. Pensar que tenía que haber pasado por una operación, con tan sólo dos días de vida y que ahora tenía que luchar por salir adelante. Tan pequeñita. Daba gracias por tener a nuestra niña de vuelta, pero a la vez estaba triste, y muerta de miedo.


Y era en ese momento cuando empezaba la verdadera lucha. La operación estaba en manos de los médicos (¡esos héroes anónimos que salvan vidas!), y ellos ya habían hecho su parte. Ahora le tocaba a Blanquita luchar. Tocaba seguir rezando, ahora más que nunca.

Y antes de terminar, me gustaría daros a todos las gracias por estar ahí. Por rezar por Blanquita. Por apoyarnos y acompañarnos en esto. Por compartirlo con nosotros. ¡Las penas se hacen más llevaderas y las alegrías se disfrutan el doble! Gracias por querer tanto a Blanquita :)


Y uno de los mejores consejos que me han dado estos días... vivir al día. El momento. ¡O incluso el minuto! Celebrar cada día que pasa con Blanquita, porque cada día es un logro para ella, y para nosotros un regalo.


Blanquita, ¡cada día a tu lado es un regalo! Gracias por luchar. Gracias por querer quedarte con nosotros. Gracias por dejarme quererte tanto tanto tanto. Y es que, es verdad que estamos pasando momentos muy difíciles, pero estamos recibiendo tanto gracias a ti, estamos aprendiendo tanto... Nos estás regalando tantas cosas buenas y vivencias tan bonitas... Me haces muy feliz Blanquita. ¡Mucho! Y doy gracias por tenerte.





コメント


bottom of page