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El diagnóstico en Alemania. Parte 2.

  • Foto del escritor: tsita87
    tsita87
  • 11 may 2017
  • 5 Min. de lectura

Tras el primer diagnóstico, quedamos a la espera de los resultados de la amniocentesis, y los pasos que seguirían.


Ahora deseábamos que los resultados fuesen buenos, que no fuese un problema genético. Si fuese problema de nuestros genes, Blanca podría tener algún tipo de síndrome que podría hacer que no sólo el corazón se viese afectado, sino también otros órganos. Y no sólo eso. Si fuese un problema genético, la probabilidad de tener más hijos con algún problema sería muy grande. ¡Rezábamos para que todo saliese bien!


Así que el jueves 11 mayo fuimos a la cita con la Dra. Reitz... los dedos cruzados. Y nos dio la buena noticia. ¡Los resultados preliminares habían salido bien! Después de un diagnóstico así, una noticia como ésta era una gran alegría :)


Esto significaba que Blanquita no tenía los síndromes más comunes. Aún había que esperar a los resultados completos que tardarían un par de semanas, pero la doctora nos dijo que si estos habían salido bien, seguramente los otros también. ¡Confiábamos!


Tras la buena noticia, la doctora echó un vistazo a ver qué tal andaba Blanquita. Ahora que yo estaba un poco más entera, pude hacerle alguna pregunta más, como si Blanca llegaría al final del embarazo y superaría el parto. La doctora nos dijo que eso no le preocupaba en absoluto, que lo normal es que vaya todo bien, que Blanca está perfecta y feliz ahí dentro. También le pregunté si todo lo demás estaba bien, si el peso y de más eran normales, y nos dijo que sí. Así que bueno, Blanquita tiene un problema de corazón, pero por suerte todo lo demás parece estar bien :)


El siguiente paso era ir a la clínica especializada en cardiología infantil. Nos había cogido cita para el martes siguiente, 16 de mayo, en el Hospital Universitario de Giessen. Estuvimos investigando un poco y quedaba a una hora de casa. Pero parecían realmente buenos y la Dra. Reitz creía que allí íbamos a estar en muy buenas manos.


En todo momento nos hemos sentido muy bien tratados y recomendados. No dudamos y allí nos presentamos unos días después.



Después de un par de horas de espera (creo que esto de esperar en los médicos no cambia mucho entre España y Alemania :P) nos atendieron. Primero nos vio una ginecólogo, de nuevo centrándose en el corazón de Blanquita (le hicieron lo que llaman una ecocardiografía), pero también en el resto de "parámetros" para confirmar que efectivamente Blanca estaba bien, exceptuando el corazón. Tras el primer chequeo, nos dijeron que esperásemos al profesor y jefe de sección de ginecología así como al cardiólogo pediatra.


Y de nuevo observaron a Blanquita, esta vez sólo el corazón. Mirándolo bien. Intendando dar con el diagnóstico más preciso. No lo he comentado, pero en todos los casos todos los doctores nos han hablado en inglés. ¡De verdad que es de agradecer!


Entonces se quedó el cardiólogo con nosotros, explicándonos en qué consistía exactamente la cardiopatía de Blanquita y qué opciones teníamos. Sin entrar mucho en detalles médicos, primero porque aún a mí me cuesta entenderlo y explicarlo bien, y segundo porque no quiero enrollarme mucho (más), efectivamente Blanca tenía un único ventrículo. He de decir, que a pesar de los consejos y de haberme advertido que no leyese en Internet... me había sido imposible no hacerlo. Ya habíamos leído algo, nos sabíamos un poco la teoría, y yo sabía que, por alguna razón, era más grave si el ventrículo que faltaba era el izquierdo. Y así le había dicho a mi madre esa mañana que ojalá no fuese el caso... que ojalá el que tuviese Blanquita fuese el izquierdo.


Pero no... la pobrecita sólo tenía el ventrículo derecho. Nos comentó que el izquierdo estaba, pero era tan insignificante que como si no estuviese. Nos explicó cómo funcionaba un corazón normal, y cómo estaba el de Blanca. Nos habló también de algún problemilla en las arterias y... bueno. Era un problema complejo. ¿Opciones? Nos dijo que teníamos tres:


1. La que nos recomendaba. Intervención quirúrgica. En este tipo de cardiopatía al parecer siempre se realiza el mismo método que consiste en tres operaciones: la primera durante el primer mes de vida, la segunda a los 6 o 12 meses y la tercera en torno a los 3 años de vida.


2. Transplante. Pero poco recomendado por la baja cantidad de donantes que hay para bebés recién nacidos.


3. No hacer nada. Así tal cual nos lo dijo... ¡no sé cómo puede ser esto una opción!


Por supuesto operaremos a Blanquita... Nos explicó que esta operación es paliativa, no curativa. Lo que entiendo que significa que, si no operas, el bebé no sobrevive. La operación es para garantizar su supervivencia, pero claramente no puede ser lo mismo un niño con un corazón normal que uno con "medio", con todo lo que ello conlleva. La operación no consiste en "crear" un corazón completo ni que tenga dos ventrículos, sino que el niño pueda vivir utilizando uno sólo.


Tras el cardiólogo, hablamos un poco con el ginecólogo. Desde el punto de vista ginecológico, el embarazo puede seguir su curso normal. El parto no tiene por qué tener complicaciones (no al menos relacionadas con esto). Por supuesto daremos a luz en este hospital, así nada más nacer Blanca los cardiólogos se harán cargo de ella. Y nos comentó que seguramente programarían el parto para una semana antes de la fecha prevista.


Finalmente nos dijo que podíamos contactar con un médico en Madrid, el Dr. Galindo del hospital 12 de Octubre. Nos lo apuntamos. Íbamos a España en una semana. Una segunda opinión y escuchar el diagnóstico en español... ¡habría que intentarlo!


La verdad es que en el momento no lo piensas, pero al irte te asaltan un montón de dudas referentes al parto, la primera operación, etc. Así que nos las estamos apuntando en una lista para nuestra próxima visita. Y le agradezco al doctor alemán que nos recomendase a alguien en España :)


Al final echamos en Giessen toda la mañana. Me sorprendió la "entereza" con la que salí de allí. El no haberme puesto a llorar. Esa misma tarde quedamos con unos amigos para ir a la piscina (sísí, a la piscina en Alemania en mayo, ¡no sabéis el calor que está haciendo!), y yo misma me escuchaba hablar... ¡sonaba muy optimista! Estaba tranquila. No sé cómo estos médicos nos habían transmitido tranquilidad de alguna manera. Y también se lo agradezco mil a Joaquín, que es siempre positivo y tranquilo... y eso me ayuda mucho a mí.


Blanquita, ¡qué duro va a ser y qué pena tan grande que tengas que pasar por esto! Pero ojalá nazcas fuertota y seas una superviviente y salgas adelante, porque tenemos muchas ganas de tenerte entre nosotros y de ser tus papás.

 
 
 

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